jueves, 10 de febrero de 2011

Igor Stiks logró reunir a 70 personas en el encuentro literario que organizó la Fundación Tres Culturas

Ayer, 9 de febrero, se celebró el encuentro literario con Igor Stiks, su agente literario Christian Martí-Mezel y la traductora de la novela La silla de Elías, Maja Drnda. Al encuentro acudieron más de 70 personas, entre las que se incluían los miembros de los clubes de lecturas de la provincia de Huelva, de la Fnac de Sevilla y de Tres con libros de la Fundación Tres Culturas.

El pasado 23 de enero, Daniel Verdu publicó un reportaje en El País semanal sobre el escritor J.D. Salinger. Este escritor dijo "los libros que de verdad me vuelven loco son esos que cuando acabas de leerlos piensas que ojalá el autor fuera amigo tuyo y pudieras llamarle por teléfono cuando quisieras". Los que asistimos tuvimos la suerte de compartir con Igor Stiks impresiones y dudas que nos surgieron de la lectura de La silla de Elías. Todo un regalo.

miércoles, 9 de febrero de 2011

"Atrevimiento" pan elaborado por Masa Bambini para el club de lectura "Tres con libros"

El pasado 27 de enero pudimos disfrutar del pan que nos elaboró Fidel Pernía de Masa Bambini para nuestra última sesión de La silla de Elías. Bajo el título Atrevimiento, este pan realizado con chocolate al 62 % y un toque de lavanda, quería emular la pasión (chocolate) y la timidez de la mujer (lavanda).

Para poder disfrutar de este pan y de muchos más os pasamos los datos:
Masa Bambini
c/ Honderos, local 6
Tel. 954906777


Los poemas de Kavafis y Durrell que aparecen en "La silla de Elías"

Christian Martí-Menzel, al hablar de La silla de Elías en su intervención en el seminario Croacia en Tres Culturas ha dicho de esta novela que principalmente "es una declaración de amor a la ciudad de Sarajevo".

Por este motivo queremos destacar dos de los poemas que aparecen en la novela: La ciudad e Ítaca de Cavafis y Sarajevo de Durrell.

Constantin Cavafis
Ítaca

Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Posidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Posidón encontrarás,
si no lo llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.

Pide que el camino sea largo.
Que sean muchas las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos antes nunca vistos.
Deténte en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nacar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.

Ten siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar a allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguardar a que Ítaca te enriquezca.

Itaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.

Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Ítacas.

La ciudad

Dijiste: "Iré a otra ciudad, iré a otro mar.
Otra ciudad ha de haber mejor que esta.
Cada esfuerzo mío es una condena dictada;
y mi corazón está- como un muerto- enterrado.
¿Hasta cuándo seguirá mi alma en este marasmo?
Adonde vuelva mis ojos, adonde quiera que mire
veo aquí las negras ruinas de mi vida,
donde pasé tantos años que arruiné y perdí".

No hallarás nuevas tierras, no hallarás otros mares.
La ciudad te seguirá.
Vagarás por las mismas calles.
Y en los mismos barrios te harás viejo;
y entre las mismas paredes irás encaneciendo.
Siempre llegarás a esta ciudad. Para otra tierra -no lo esperes-
no tienes barco, no hay camino.
Como arruinaste aquí tu vida,
en este pequeño rincón,
así en toda la tierra la echaste a perder.

Estos poemas se incluyen en el libro Antología poética de C.P. Cavafis, con selección traducción del griego, introducción y notas de Pedro Bádenas de la Peña. Editado por Alianza editorial y que lo podéis encontrar en la biblioteca de la Fundación Tres Culturas. Para su localización: PO-KAV-ant

miércoles, 2 de febrero de 2011

Un juego de espejos

Si es cierto que Igor Štiks es un escritor bosnio de expresión croata, lo cual influye decisivamente en qué y sobre qué escribe, no es menos cierto también que todo escritor es un lector y esas lecturas lo conforman como persona tanto como el lugar de su nacimiento: somos lo que leemos. La biografía de Štiks lo describe como un viajero y estudiante en distintas capitales europeas, es normal que su bagaje cultural sea amplio y no distinga fronteras en el concepto de cultura europea. Lo demuestra varias veces rehaciendo, en mercadillos y bibliotecas de Sarajevo, el canon de clásicos que va de la gran novela rusa a la filosofía griega, sin olvidar los poetas ingleses, los novelistas españoles o los autores franceses.


Su novela es la historia de Sarajevo, pero recreada, como en un juego de espejos, a través de clásicos de la literatura que van sirviendo de soporte a la historia del protagonista. Como dato curioso, todos los protagonistas leen y están ligados a los libros de alguna manera: Richard los escribe, su madre escribe el cuaderno que desencadena la acción, Alma y sus amigos los representan, Simón los estudió como Juez... la última vuelta de tuerca es la figura de Ivor que pasa de traductor de las obras de Richard a ser el depositario y editor de lo que constituye la novela: No puede ser más clara la referencia cervantina.


Aunque quizá la referencia más global sea el propio género clásico de la tragedia griega: Edipo (Richard) que empujado por el ansia de conocer su origen investiga y pregunta al adivino Tiresias (Simón) aquello que no puede evitar conocer, aunque le lleve la destrucción: quién es su padre (Jakob Sneider) y quién es la mujer con la que concibe a su hijo, Yocasta (Alma). El pasaje crucial en el que se dirige a conocer su origen, la anagnórisis de la tragedia clásica está magistralmente narrado, aludiendo a otro famoso reconocimiento de la literatura griega, cuando Richard/Ulises se encuentra con Jakob/Laertes. (El término anagnórisis fue utilizado por primera vez por Aristóteles en su Poética. Aunque es un recurso frecuente en muchos géneros, Aristóteles la describió en relación con la tragedia clásica , con la que está asociada de modo especial. De acuerdo con Aristóteles, el momento ideal para la anagnórisis trágica es la peripetia o giro de la fortuna: en un momento crucial, todo se le revela y hace claro al protagonista, con efectos casi siempre demoledores.)


Destiny is the most powerful coincidence of all repite Alma aludiendo a la película de Schlömdorff sobre Homo faber, pero también nombrando el motor de las tragedias clásicas: el fatum, el hado, el destino que los dioses manejan y que los hombres deben sufrir sin poder cambiarlo. La referencia al libro de Frisch parece abrir una puerta al libre albedrío, ya que el título procede de la frase Homo faber suae quisque fortunae (cada persona es el artífice de su propio destino) que usó Appius Claudius Caecus en su obra Sententiæ para referirse a la capacidad de los seres humanos de controlar su destino y su entorno (ignoro por qué el autor parece atribuirla a Giordano Bruno, quizás más tarde el autor renacentista la usara). Pero, aunque varias veces se le ofrece a Richard la oportunidad de descubrir quién es su padre por las pistas de Simón y el propio argumento de la obra de teatro que presagia la incestuosa relación de los protagonistas, éste la rechaza dirigiéndose a su destino fatal.


No menos importante es la cita del poema de Kavafis La ciudad: el protagonista, parece que anunciando su propio suicidio, ve como imposible rehacer su vida tras haberla destruido en Sarajevo. La tragedia de su relación con Alma, su terca resistencia a ver la verdad, le impiden continuar una nueva vida en Viena. El lector puede pensar que, en este juego de espejos que repiten (como diría Borges) la trama hasta el infinito, ya su fracaso como escritor y marido en París anunciaba que recuperar su vida en Viena o Sarajevo era imposible. Sarajevo en guerra, una ciudad que sus propios habitantes ven a través de los ojos de Lawrence Durrell o Zbigniew Herbert.

Vuelve Petros Márkaris a Tres con libros

Universidad para asesinos (Tusquets) es la última entrega de la saga de Kostas Jaritos, el comisario creado por Petros Márkaris, todo un ...